¿Ves la siluesta del fondo? ... La bella durmiente
Historia de un super viaje de estudiante año 2000 ... Frank "extremo" mochileando.
Hasta que llegaron mis vacaciones y un amigo del trabajo me dice: vamos compadre en mi tierra te espera la BELLA DURMIENTE, y tu que estudias administración y turismo no debes dejar de conocerla. Incentivado por conocer lo exótico de la Selva y de ver de cerca la famosa bella durmiente, tomé mi mochila y enrumbé hacia la bella ciudad de TINGOMARÍA.
Una ciudad con gente muy acogedora, en medio de una imponente selva, con frutas a “montón”, bellísimas muchachas y un clima sumamente impredecible (¿como podía explicarse que cada 20 minutos salía el sol y luego llovía?), me acogió durante 6 días en un ambiente natural y de gran valor ecológico.
Pero el día “D” fue el QUINTO DIA, era un día muy caluroso cuando mi hospitalario amigo me dice: hermano, hoy verás algo que jamás haz visto, y tomando un mototaxi partimos.
Grande fue mi sorpresa cuando me veo en un frondoso bosque de Selva Alta, con imponentes árboles y exóticas aves, frente a un sin número de CATARATAS Y CASCADAS que caían uno detrás de otro desde una gran montaña y conforman los famosos VELOS DE LAS NINFAS, acompañados por nuestro guía Romel López y de 7 bellas muchachas, 4 de las cuales eran lindas rubias tingalesas, imagínense... yo estaba en el paraíso!
Adelante! ... Sentí una voz que me “despertó” de entre tanto asombro, era nuestro guía que daba el primer paso para desafiar, con una larga soga y filudo machete, la primera cascada... y allí vamos. No “valía” temer que un fuerte torrente de agua nos empuje al cruzar una de las cascadas, que de pronto la soga se pueda soltar o que algunas de esas grandes piedras se puedan mover. Seguimos subiendo, con nuestro guía y las bellas chicas que hacían más panorámico el viaje; por la cuarta cascada se nos cerró el camino y tuvimos que nadar por una bella “lagunilla” formada por la caída de una de las cascadas, ya en la quinta cascada con ayuda del machete nos hicimos camino entre los árboles. Una preciosa roca nos dio su respaldo, eran la 1:30 p.m. entre risas y comentarios le “entramos” al almuerzo, una vez llenos los estómagos y satisfechos el hambre, llego la hora de partir de nuevo; uñas, brazos, piernas y fuerza de voluntad, además de ropa sucia y muy húmeda, nos hicieron avanzar entre las 4 cascadas restantes con multitud de árboles y los inevitables mosquitos acompañantes.
Hasta que llegamos a una gran catarata donde me animé a nadar hasta un tronco de arbol en medio de la laguna, por fin llegamos pensé. Grande fue mi sorpresa cuando Romel (guía) dijo: por aquí chicos. Y en una caminata de 5 minutos llegamos a una imponente catarata llamada LA BELLA, conformada por la caída de 2 perfectas cascadas, era impresionante el escenario natural que se formaba con los gigantescos árboles, el ensordecedor cacareo de las aves y el imponente sol propio de la Selva Alta. Era un sueño...tanta belleza Luego de 45minutos en el lugar era hora de emprender el camino de regreso. Pero para sorpresa mía la bajada no fue menos penosa que la subida, en medio de una tremenda lluvia y constantes “patinadas” a través de una zigzagueante trocha; eran las 6:00 p.m. y llegamos al punto inicial, cansados, sucios, mojados pero muy satisfechos y contentos de tremenda experiencia.
“EL HOMBRE EXTREMO”
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